Casa de Bella y Reneé

Cogí las llaves del portal y subí las escaleras hasta llegar al segundo
piso. Entré pero no había nadie. Deshice mis bolsas y me dirigí a mi
antigua habitación.

Después de deshacer las maletas y colocar cada prenda de ropa en el armario, el teléfono de casa sonó. Un escalofrío volvió a recorrer mi cuerpo, pero esta vez, sólamente sentí frío en la muñeca, donde tenía esa horrorosa cicatriz. Aquella escena parecía mítica película de miedo. Cogí el teléfono, rezando para que fueran buenas noticias. Era Renée.
-¡Renée! ¿Dónde estás? ... Mmm... Sí. Ya... Menudas vacaciones os habéis tomado... ¿Cuándo estarás de vuelta? ¿¡Dos semanas!? Ah... Si, no pasa nada. Podré arreglármelas sola. Vale. Sí, mamá. No pasa nada. Estaré bien. Venga, Hasta dentro de dos jueves...
Colgué el teléfono después de dar un fuerte suspiro. Miré a mi alrededor, la casa estaba vacía y mis pasos hacían un pequeño eco en ella... ¿Cómo estaría Edward ahora? Ya era de noche, de modo que sin cenar, me dirigí a mi habitación y abrí la ventana, para no olvidarlo ningún momento, para recordar las primeras noches que pasé junto a él. Me metí en la cama y me dormí gracias a la oscuridad de la noche...

Aparqué el auto y mire a Alice
-¿Esta en casa?- susurré, ella asintió y sonrió, -Gracias Alice- la abracé y mire hacia arriba, la ventana estaba abierta... -Bella- susurré, apoyado en el marco de la ventana, dormía y comenzaba a hablar en sueños... Me sente junto a ella en la cama, sintiendo en mi interior una paz tan grande que no habia sentido desde nuestra separación

Cuando de pronto, los rayos de sol entraron por la ventana, me sentí obligada a abrir los ojos. Salí a la ventana apoyándome en el marco con los codos. Otro caluroso día en Phoenix. Reneé me había enviado un mensaje al teléfono movil diciendo que llegaría una semana más tarde. Me giré para abrir la otra persiana de mi habitación cuando me quede mirando fijamente a dos figuras muy conocidas que estaban en las sombras. Me estremecí y retrocedí un paso, pero de pronto, en completo silencio, supe quiénes eran...
-¡Alice! -guardé silencio unos segundos impresionada por la presencia de...- ¿Edward?
-No paras de hablar en sueños, Bella -dijo divertida Alice.

Me quedé en las sombras, mirandola fijamente, como un ciego que ve por primera vez la luz del día
-Bella...- susurré su nombre como si fuera algo sagrado, conteniendo las enormes ganas de tomarla entre mis brazos y sentir su calidez cntra mi fría piel

Cuando lo vi entre las sombras, pronunciando mi nombre con un aire de maravilla y alegría, mi mente y mi corazón volvieron a vivir como antes por él. Mi cabeza volvió a pensar el triple en él, y mi corazón a latir más rápido que nunca. Solté una lágrima, pero no me acerqué a él, ni moví los pies del sitio.
-¿Qué haces aquí, Edward? -dije sin entender la razón de su visita...

Sonrei levemente al esuchar los pensamientos llenos de emocion de Alice
-Bella- di un paso al frente, saliendo de las sombras, -Bella...- usurre nuevamente, acercandome a ella, -Yo...- me detuve e aicerta distancia, -Vine a decirte que no puedo vivir sin ti, que fue la mas grande estupidez haberme alejado de ti... Que me voy a morir realmente si paso otro segundo separado de mi gran iman para los problemas- susurre con media sonrisa, -Pero... Si tu ya no me quieres, lo entendere Bella- retrocedí, volviendo a las sombras

Edward volvió a esconderse entre las sombras. Mis piernas comenzaron a temblar al escuchar su preciosa voz. Todo lo que sentía hacia él era inexplicable.
-Ed...Edward... -tartamudeé sin tener a penas habla- Yo... No se... -suspiré- La verdad es que yo...
Una amplia sonrisa pudo verse de nuevo en mis labios
-¡Me alegro tanto que estés aquí! -dije corriendo a sus brazos- No entiendo por que estás tan empeñado en alejarte de mi... Si piensas que sin ti estoy mejor... Estás verdaderamente equivocado... -me quedé hipnotizaba al oler su dulce aroma- pero... Ya que estoy aqui, me gustaría quedarme un tiempo en Phoenix.

La tomé entre mis brazos con delicadeza
-Bella... Mi hermosa y humana Bella- susurré con voz aterciopelada, mientras acariciaba su cabello con suavidad, -Nos quedaremos el tiempo que tu quieras... No volvere a dejarte sola- besé con suavidad su frente y mire a la ventana, -Alice se muere por saludarte- rei entre dientes

Sonrei y mire a Bella lanzarse a los brazos de Alice
-No me dio vida todo este tiempo- sonrei, -El pequeño duende es bastante irritable- rei

Después de estar una vez más en los brazos de Edward, volví a estar también en los de Alice.
-Tengo un imán que atrae mucho más que a los accidentes, te atrae a tí, Edward cullen. Y a tí detrás, Alice.
Sonreí. Seguia teniendo sueño, pero tenia ganas de estar con ellos.

Rei ante la mueca de Alice, y con suavidad, separe a Bella de sus brazos para estrecharla nuevamente entre los míos
-Y bien señorita Swan, ¿como se las ha arreglado para sobrevivir en Phoenix sin accidentes?- enarque una ceja, pero estrechando mas el abrazo

Sonreí ante su comentario.
-Fue sencillo, Edward Cullen. Apenas salí de Casa. Reneé dejó comida suficiente para sobrevivir unos días.
Lo abracé con más fuerza y hundí mi cabeza en su hombro.
-En casa todo el día apenas puede pasarme nada, salvo que se me cayera una balda en la cabeza, me cayera por las escaleras o algo por el estilo.
Me rei entre dientes.

-Eso sería lo menos que te podría suceder Bella- rode los ojos, -Me impresiona que un meteorito gigante no se haya dirigido a tu casa estos dias- rei entre dientes, besando su cabello

-Estando tu no tengo preocupaciones -dije mientras mi nariz acariciaba su mejila con suavidad- Lo que me preocupa es que apenas puedas salir de casa, en Phoenix el sol no descansa...

Sonreí
-Hallaré algo en que entretenerme- sonreí, -Vi un piano ahi abajo, quiza asi pueda matar las horas que estes fuera- susurre

-Estaré todo el dia a tu lado para acerte compañia si hace falta -dije besándole con dulzura los labios y despues guiñándole el ojo

Rei entre dientes
-¿No te aburriras estando todo el dia en casa con tu novio vampiro sin nada mas que hacer?- susurre, acariciando su cabello, -Phoenix tiene muchos lugares que quiza quieras recorrer-

-Me conozco Phoenix como la palma de mi mano, además tener un novio vampiro es más interesante de lo que te piensas.
Comencé a soltar alguna que otra indirecta.
-Porque... Quien sabe, un vampiro podria morderme accidentalmente y hacerme el favor de pasar toda mi vida junto a el...

Frunci el ceño, tensandome y mirandola fijamente
-Bella... No comiences- susurre, -Ese es un tema que no queda a discusion, no sere el culpable de volverte un monstruo-